Engastada en el corazón de Centroamérica, Honduras es un país multiracial y multiétnico con una gran diversidad geográfica, biológica y cultural: cuna del encuentro entre Mesoamerica y los pueblos de bosque tropical húmedo de filiación caribe y chibcha, lugar del primer paso del Conquistador en América, tierra de libertad para el esclavo africano y luego para migrantes europeos y asiáticos. Esta diversidad se refleja en la riqueza de sus tradiciones artesanales, arraigadas en el patrimonio ancestral indígena y colonial que se ha ido transformando a lo largo de la historia en respuesta a los cambios socioculturales y a los patrones de consumo. Estas tradiciones nos invitan a dejarnos sorprender y en muchos casos, para apreciarlas, nos exigen un ojo atento a la hermosura callada de lo cotidiano, a la belleza entretejida en un petate o escondida en una ofrenda.
Al acercarse a la producción artesanal tradicional hondureña se nos revela un universo basado en el conocimiento profundo del medio ambiente, universo donde el hombre se siente participe y responsable del todo y congrega a fuerzas naturales y espirituales para llevar a un cumplimiento digno su tarea y su vida. Históricamente en Honduras las producciones artesanales tradicionales más importantes en cuanto a difusión y producción han sido la alfarería y la elaboración de objetos a partir de fibras vegetales torcidas, anudadas, hiladas y tejidas: jarcia, cestería, textiles y petates. Los pueblos de cultura mesoamericana que vivían en territorio hondureño al momento de la Conquista, Chortis, Chorotegas y Lencas, tenían una alfarería muy desarrollada, desde los productos utilitarios más sencillos hasta los objetos ceremoniales más refinados.
En el barro quedó plasmada la cosmovisión, el gusto estético y la vida cotidiana de esos pueblos. Otras etnias como los Tawahkas, Pech y Tolupanes eran expertos en trabajar las fibras y otras partes vegetales y animales para fabricar casas, contenedores, esteras, adornos, instrumentos musicales y de cacería, lienzos de corteza de árbol que usaban como mantas, vestidos y para uso ceremonial al igual que los Mayas.
La Colonia significó la introducción de nuevos elementos étnicos, culturales, tecnológicos, estéticos y funcionales. La construcción de iglesias y otros edificios coloniales, las necesidades materiales de los colonizadores, implicaron la introducción de nuevas artes y nuevos estilos, fruto de la síntesis ibero - árabe: la fabricación de tejas, ladrillos y azulejos, el tallado, calado y torneado de la madera, el repujado, el pan de oro, etc. Se introdujo la talabartería, la herrería, la cohetería, la metalurgia, la elaboración de colores de aceite y tempera, la pintura sobre tela, nuevos instrumentos musicales, armas de fuego, el uso del yeso y de vehículos de ruedas, etc.
En el proceso de mestizaje y colonización, el intercambio fue mutuo, surgieron nuevas etnias como los misquitos y los garifunas, habilidosos talladores de madera y fabricantes de adornos corporales, las artes traídas por los españoles y africanos se transformaron y los nuevos pobladores mestizos asumieron tradiciones artesanales indígenas.
También la Independencia significó cambios en la producción artesanal, viendo declinar ciertas artes y surgir nuevas oportunidades. Con la difusión de los tintes y barnices sintéticos, desaparece la fabricación del añil o índigo, y de muchas lacas y esencias vegetales. A esa época remonta la expansión de la fabricación artesanal de sombreros de junco en el departamento de Santa Bárbara. En continuidad con la antigua costumbre de cultivar y fumar tabaco, surge la industria artesanal de los cigarros llamados puros en los departamentos de Copán y El Paraíso, que actualmente goza de un gran auge.
Entre las producciones artesanales tradicionales que encontramos hoy en Honduras, destacan la alfarería, la cestería, la sombrerería, la jarcia, la ebanistería, la talabartería, la joyería, el tallado de piedra y madera, la elaboración de cigarros, la fabricación de casas, de instrumentos musicales, la preparación de alimentos, la elaboración de bordados, hamacas, esteras llamadas petates, del nahua petatl, bolsos, lienzos de corteza de árbol, etc. La persistencia de la actividad artesanal en Honduras se debe a la conservación de patrones culturales tradicionales, a la pobreza y al desarrollo del nuevo mercado de las artesanías: los artesanos están intentando transformarse en productores de artesanías.
La producción de artesanía representa para los artesanos tradicionales y para países como Honduras una opción válida y deseable desde el punto de visto sociocultural y económico por muchas razones. La revalorización del patrimonio artesanal de un país y su transformación creativa y respetuosa a la vez, generan un fortalecimiento de la identidad cultural étnica y nacional. Además la producción artesanal representa o puede llegar a representar una fuente de trabajo rural importante en zonas de pocos recursos. El trabajo artesanal tiene una dimensión familiar y comunitaria muy importante, colaborando a evitar la migración hacia las zonas urbanas y la disgregación familiar, étnica y social.
En particular el trabajo artesanal representa para muchas mujeres y madres, una alternativa digna de trabajo que le permite tener una fuente de sustento sin alejarse del hogar. Del punto de vista del desarrollo turístico, los centros artesanales que reciban el apoyo adecuado pueden volverse polos de atracción turística. Además la exportación de artesanía es una fuente potencial de divisas para el país.
Alfarería Lenca
Las mujeres Lencas producen una alfarería muy hermosa, totalmente elaborada y decorada a mano con las antiguas técnicas Pre hispánicas. Cada pieza es única y refleja a la vez tradición étnica y creatividad contemporánea. Se trata de una alfarería de baja temperatura recubierta de engobes, bruñida con piedra y cocida en hornos de leña. Gracias a la habilidad de las artesanas, a la labor de diseño, control de calidad y promoción de ACTA DE HONDURAS, Alfarería Lenca es hoy una producción reconocida internacionalmente y ofrece una amplia gama de productos decorativos y funcionales desde recuerdos y regalos hasta objetos únicos de arte.
Denominación de Origen Controlada:
Se certifica que estos productos son elaborados totalmente a mano con materiales locales por alfareras Lencas de Honduras
Se certifica que estos productos son elaborados totalmente a mano con materiales locales por alfareras Lencas de Honduras
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