TRADICIONES Y COSTUMBRES DE LOS PUEBLOS

COSTUMBRES CATRACHAS

La poderosa influencia de la cultura extranjera aún no socava los cimientos de las costumbres hondureñas aunque algunas han ido desapareciendo poco a poco con el paso de las generaciones quedando únicamente en el recuerdo de sus pobladores.

Los garífunas siguen sin olvidar sus famosos bailes

La influencia de los medios de comunicación electrónicos -especialmente la televisión y la radio- el poco interés oficial de rescatar lo nuestro con el agravante de que una buena parte de los hondureños son muy dados a copiar o imitar lo que se hace y dice en otros países, está cada vez poniendo en peligro el folclor nacional.

Hondureños patriotas como Jesús Aguilar Paz y Jesús Muñoz Tábora por su cuenta han tratado, por lo menos, de investigar y recopilar todo lo inherente a nuestras costumbres, leyendas, tradiciones, supersticiones, danzas y todo lo relativo a los diferentes tipos de folkclor.

Al hablar de costumbres en Honduras es necesario aludir a lo que hacen los pueblos para mantener vivas sus creencias, sus participaciones religiosas, sus supersticiones y sus formas de hablar.

Lo que se mantiene casi intacta es la costumbre de celebrar las ferias patronales. Cada ciudad, pueblo y aldea del país revive todos los años su tradicional feria patronal en honor a su santo patrono. En muchos lugares la celebración dura toda una semana.
Los pobladores de las zonas rurales se suman a los de las urbanas para ser partícipes de las jornadas taurinas, el palo encebado, carreras de cintas, de caballos, del burro, encostalados, concursos, competencias deportivas, jornadas literarias y otras.

Son famosas la Feria Juniana, en San Pedro Sula; la Feria Isidra de La Ceiba, el Carnaval del Maíz, en Danlí, el Festival de la Papa, de Intibucá. En San Marcos de Colón, las jornadas de toros son la atracción de la feria, por la valentía de sus toreros y la calidad de sus montadores.

La capital de la República celebra cada año su aniversario de fundación con desfile de colegios y sus bandas de guerra.

En Olancho se ha vuelto una costumbre y una tradición de la zona la bebida típica conocida como ``vino de coyol´´ extraído del árbol de coyol que, tomado en abundancia, desempeña la misma función del alcohol.

En algunas comunidades aún se bailan diferentes tipos de danzas. Hay danzas indígenas y campesinas, danzas con caramba, criollas y garífunas. Los centros educativos suelen tener organizados cuadros de danzas para recordar las costumbres ancestrales. El Gobierno y algunas alcaldías como la de Tegucigalpa tienen también su grupo organizado.

La visita periódica a los santuarios religiosos es una costumbre ancestral entre el pueblo hondureño. Este hecho se generalizó tras la conquista española que también trajo consigo la religión católica.

El guancasco, una de las viejas costumbres heredadas de la colonia.

La fe religiosa están bien enraizada. Los hondureños suelen ocurrir dominical o diariamente a los oficios religiosos donde se reza y se identifican con Dios y los santos de su devoción.

Entre los santos más populares están el señor de Esquipulas, la virgen de Candelaria, San Antonio, San Isidro, la virgen de Concepción y, probablemente la más sonada: la virgen de Suyapa.

Las romerías al santuario de la virgen de Suyapa, patrona de Honduras, es una constante. Esto ocurre caña año, el 3 de febrero, día consagrado a la venerada imagen que, según cuenta la leyenda, le apareció al campesino Alejandro Colindres en el siglo XVIII.

También se practican aún los guancos o
guancascos en muchas comunidades. ``Se trata de una vieja costumbre colonial que sirvió para mantener viva la amistad de pueblos vecinos o que les ligaban vínculos tradicionales de alianza o simpatía. Estos guancos son célebres por el derroche de hospitalidad que se hace por las fiestas profanas a que dan lugar´´, ilustra Aguilar Paz en su obra ``tradiciones y leyendas de Honduras´´.

Los refranes también son parte del folclor hondureño y son el resultado de las acciones, pensamientos y formas de hablar de los pueblos que han acuñado célebres frases para aludir a algún acontecimiento en particular.

Por ejemplo, son muy comunes ``a Dios rogando y con el mazo dando´´, ``al perro más flaco se le pegan las pulgas´´, ``del árbol caído todos hacen leña´´, ``a ojo de buen cubero´´, ``barriga llena, corazón contento´´, ``cuentas claras, amistades largas´´, etc. etc.

Los hondureños son muy dados a las supersticiones y a creer en los brujos. Son muchas las leyendas que hay de la ``presencia´´ de la Siguanaba, la Sucia, la Tetona, el Cadejo, el Duende, el Sisimite, el Gritón.

El Duende, a juicio de Jesús Aguilar Paz, es ``un
enanillo de los montes que viste de rojo y lleva gran charrón´´. Suele hacer travesuras y se enamora de las muchachas campesinas. Este personaje ``vence a los hombres más poderosos y rapta las niñas de senos suaves´´.

Por su parte, el Cadejo ``es un cuadrúpedo
nocturno que se alimenta de cadáveres putrefactos y al andar le suenan los huesos, siendo luminosos sus ojos y peligroso su encuentro; nunca se hace a un lado sino que hay que cederle la senda y no molestarlo si se quiere que él no dé una dura lección al atrevido´´.

Las costumbres, pues, son parte del folkclor nacional. Representan la idiosincracia de una población que necesita de la voluntad estatal de conservar sus ancestros y rescatar lo que, por influencias extrañas y decidia nacional, se ha perdido y sólo es parte del baúl de los recuerdos.
 




LA CULTURA DE HONDURAS
La cultura de este país, es elconjunto de expresiones de un pueblo y estas consisten en costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestirse, religión, rituales, normas de comportamiento ysistemas de creencias.
Honduras es un país multicultural. La composición étnica de Hondurassería la siguiente: 1% blancos, 2% negros garífunas , 6% indígenas y el resto de la población es mayormente mestiza.